viernes, 27 de enero de 2012

Esperando con paciencia



“Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.” Hebreos 6:13-15


     La paciencia se define como facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho. En Génesis 15 vemos cómo Dios le promete un hijo a Abraham. Ya él y su esposa Saraí eran de edad avanzada, por lo que la posibilidad de tener hijos les era casi nula; además Saraí era estéril, por lo que a los ojos de los hombres era “imposible” que tuviesen ambos un hijo, pero, en Lucas 1:37 nos dice: “porque nada hay imposible para Dios.” Más adelante vimos cómo la mano de Dios obró en sus vidas y lograron tener un hijo (Abraham con 100 años y Saraí con 90 años).



     Ellos fueron pacientes, a pesar de que anteriormente le nació un hijo (Ismael) a Abraham por medio de la sierva de Saraí (Agar). Esta decisión que ellos tomaron eventualmente trajo problemas entre Agar y Saraí. Agar se burlaba de ella ya que ella sí le pudo dar hijo a Abraham y Saraí no podía. Yo me imagino a Saraí llorando todas esas noches por las burlas que su sierva le hacía. Con el pasar del tiempo, Saraí se canso de las burlas de su sierva y le dijo que se fuese de la casa. Esa fue la consecuencia de haber “ayudado” a Dios. Cuando intentamos ayudar a Dios, retrasamos la promesa y veremos consecuencias que nos afectara en nuestro caminar.


     En una predicación escuche la siguiente frase: “Si Dios dijo, Él hará”, y desde entonces la he guardado en lo profundo de mi corazón. Vemos que Dios le prometió un hijo a Abraham, y Dios lo hizo así. Abraham en un principio se desesperó, pero luego fue paciente, esperando que Dios cumpliera su palabra. En Eclesiastés 3:1 dice: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” Dios estipulo un tiempo para hacer las cosas. En Génesis 1 vemos que Dios hizo ciertas cosas por orden en diferentes días. Se tomó el tiempo para que la tierra fuese hecha perfecta. No todo apareció a la misma vez, sino que en Su tiempo fueron hechas.


     Así como Abraham espero en Dios, así debemos hacer nosotros con las promesas que Él nos ha hecho. En Su tiempo veremos cómo se cumplen poco a poco. Algunas promesas llegaran antes que otras, pero ninguna de ellas faltará. En Números 23:19 dice: “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” Así que no perdamos la fe en lo que Él nos dijo. No te rindas, continúa en oración y en ayuno para que estés listo(a) para lo que Dios tiene para ti.


Por: Alexander Cruz

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