viernes, 30 de marzo de 2012

Obediencia, Nuestra mejor Adoración


Base Bíblica: 1ra Samuel 15:22

Introducción

     En ese versículo que leímos vemos como Samuel le dice una verdad que debemos aprender y aplicar en nuestro caminar.  Viéndolo en contexto, Saúl no había obedecido al mandato que Dios le había dado anteriormente (v. 2).  Dios le había dicho que atacara a los amalecitas y que no dejaran nada vivo, de personas y animales.  Pero ellos dejaron vivo a Agad, rey de Amalec, y lo mejor de las ovejas y el ganado mayor.  Al parecer estaba haciendo lo que era lo mejor para ellos (así aumentaban sus riquezas), pero no fue lo que Dios les mandó a hacer. 


     En Deuteronomio 28 vemos las consecuencias de obedecer y de desobedecer.  Están aplicados como tal al pueblo de Israel, pero podemos ver claramente que si decidimos obedecer o no tendrán unas consecuencias.  Unas positivas (obedecer) y otras negativas (desobedecer).  Pero, ¿Cómo es que logramos obedecerle a Dios?  Hay muchas maneras en que logramos obedecerle:

A través de nuestros padres

    Éxodos 20:12 nos dice que debemos honrar a nuestros padres y nuestras madres.  Parte de esa honra que debemos darle es con nuestra obediencia.  Muchas veces pensamos que no debemos obedecerles porque “no conocen nuestra vida” o pensamos que ellos no saben por lo que estamos pasando.  Pero la verdad es que ellos han pasado por situaciones iguales o difíciles, y como ellos nos aman nos están llevando por el camino que ellos creen que es el mejor para nosotros; está el hecho de que se pueden equivocar ya que son seres humanos también, pero ellos son nuestros guías en nuestra vida debemos escuchar cada consejo que nos dan.

     Pablo en su carta a los Colosenses (3:20) nos da una instrucción más directa de que debemos obedecer a nuestros padres porque esto le agrada a Dios.  Si obedecemos a nuestros padres, estamos también obedeciendo a Dios.

A través de las autoridades

   En Romanos 13:1-6 Pablo nos enseña que debemos estar sometidos a las autoridades, ya que ellos fueron puestos en dicha posición por Dios.  Que tengamos o no los mismos ideales, debemos respetar y obedecer a lo que ellos nos mandan.  Pero si lo que ellos nos manda a hacer nos hace daño a nosotros o a otra persona, debemos hablarlo con esa autoridad y hacerle ver las posibles consecuencias de esa decisión que tomó.
    
    Por autoridad encontramos a: gobernadores, policías, maestros, profesores, líderes de nuestra iglesia, etc.  A ellos debemos honrarlo, respetarlo y obedecerle.  Ellos fueron puestos ahí por Dios y si nos oponemos a ellos, a Dios nos oponemos.

A través de nuestros pastores

     Hebreos 13:17, Pablo nos dice que debemos obedecerle.  Ellos son los que nos han formado espiritualmente.  Han estado con nosotros desde que le entregamos nuestros corazones a Dios, los que nos han enseñado las bases para ser cristianos, que hacer, que no hacer, entre muchas cosas.  Por lo tanto, debemos obedecerle, y orar por ellos.  Debemos reconocer que son seres humanos, y que además de sus situaciones, tienen las de todas las personas que pastorean.  Oremos por ellos, ayudémoslo en lo que podemos hacer.  Pongamos nuestros talentos a disposición de nuestro pastor para poder honrarle a Dios y a nuestro pastor, y así aligerar la carga que él pueda tener.

Conclusión

     ¿Por qué este estudio se conoce como Obediencia, Nuestra mejor Adoración? Bien vimos en 1ra Samuel 15:22, que el profeta Samuel le indico al rey Saúl que el obedecer es mejor que los sacrificios.  El pueblo de Israel utilizaba los sacrificios como un método de adorar a Dios, para que Él le perdonara los pecados, por lo que hacer los sacrificios era muy importante para ellos; era su manera de adorarle.  

     Jesús es nuestro mejor ejemplo a seguir en cuanto a la obediencia. En Filipenses 2:5-8 Pablo resalta el hecho de que Jesús fue obediente hasta la muerte.  ¿Sabes porque él resalta que la muerte fue de cruz? En Deuteronomio 21:22-23 vemos que la muerte en el madero (cruz) era una muerte maldita.  Por lo tanto, Jesús murió siendo obediente a lo que su Padre le había dicho, obedecía a las autoridades, guardaba la ley y respetaba a las autoridades (a la vez que le enseñaba).  Y como nos dice Pablo en Efesios 5:1, imitemos a Dios, y seamos obediente.  No es algo que se nos haga fácil, pero junto con la oración, ayuno y lectura de la Palabra lograremos ser obedientes a Dios.

Por: Alexander Cruz

viernes, 23 de marzo de 2012

Relaciones Saludables


Base Bíblica: Hebreos 12:14

Introducción

     ¿Alguna vez sentiste como que no has podido seguir creciendo espiritualmente? ¿Estás seguro de que todas las relaciones que tienes (amistad, noviazgo, familia, profesor, jefe) son saludables?  Muchas veces pensamos que el tienes una relación con una persona va a ser una llevadera, donde no existirán los conflictos, pero hemos aprendido muchas veces que no es así.  Muchas veces no crecemos espiritualmente por el hecho de que no tenemos una relación saludable con las demás personas (sean cristianas o no).  En hebreos vemos como Pablo nos da un mandato y una verdad que aún se siguen aplicando a nosotros.  Para poder ver al Señor, debemos ser santos, y parte de esa santidad es tener una relación saludable (de paz) con las personas.



Perdón

     En Mateo 5:23-24 vemos como en el sermón del monte Jesús enseñaba a las personas acerca de que es lo que debemos de hacer cuando tenemos una lucha con alguien.  Antes de seguir adorando a Dios, y seguir creciendo, debemos ir a donde nuestros hermanos y decirle que lo hemos perdonado.  Es una decisión que debemos tomar, pero este es el primer para tener la paz con nuestros hermanos.  Tal vez nosotros no somos lo que ocasionamos que la relación se viese afectada, pero debemos ir, hablar y comunicar que le hemos perdonado para que esa persona también pueda seguir creciendo.

Ponerse de acuerdo

     Amós 3:3 nos trae una enseñanza para las personas que deben actuar junto en un mismo fin.  Cuando una persona quiere lograr algo junto a un grupo de hermanos todos deben ponerse de acuerdo para lograr el mismo fin.  En Hechos 12:6-12 vemos como Pedro fue liberado de la cárcel porque las demás personas se pusieron de acuerdo para que Pedro saliera de la cárcel.  Es como el dicho común: En la unión esta la fuerza.  Una vez nos unimos con nuestros hermanos de fe en oración todas las cosas son posibles. 

Ejemplos

     El ejemplo más claro de perdón lo tenemos en los hermanos Esaú y Jacob (Génesis 33:1-4).  En el versículo 4 vemos como Esaú corre hasta donde su hermano Jacob para abrazarle y besarle como señal de reconciliación, y por ende, de perdón.  Lo mismo debe ocurrir con las personas que tenemos a nuestro alrededor.  Vemos como Jacob, luego del encuentro con el ángel, logro bendecir a su hermano espiritual y físicamente.  Le bendijo con parte de lo que tenia, por lo que el perdón que le dio a su hermano lo ayudo a bendecirlo aun más de lo que tenia. 

     Un ejemplo de ponerse de acuerdo lo vemos en Nehemías (Nehemías 2:18-20).  Este hombre logro ponerse de acuerdo con sus hermanos los israelitas con un fin en común, la reconstrucción de los muros de Jerusalén parte por parte.  Lo más impactante es que cada uno construía frente a su casa el muro y velaba por si el enemigo venia a destruir lo que habían logrado hasta ahora.  La mitad trabajaba, la otra mitad velaba; con una mano construían, y en la otra tenían la espada (4:15-18).  Así es como lograron la reconstrucción del muro de Jerusalén en un tiempo corto, 52 días (Nehemías 6:15-16).  Una vez nosotros nos ponemos de acuerdo, las demás personas reconocerán que por Dios es que logramos hacer lo que Él nos mandó a hacer.

Conclusión

     Seguid la paz con todos es algo que muchas veces se nos hace difícil de seguir.  Tratemos de mantener relaciones saludables, sino se puede hay que cortar por el bien de ambos.  Perdonar y ponerse de acuerdo es solo el principio de relaciones saludables.  


Por: Alexander Cruz

viernes, 16 de marzo de 2012

Porque bueno no es suficiente


     Es común escuchar a la gente decir por ahí  "yo no le hago mal a nadie, ni siquiera fumo, ni bebo. Yo soy bueno". Recuerdo una ocasión en donde un grupo de jóvenes salimos a evangelizar por las casas y tocamos a la puerta de un hombre que muy amablemente nos recibió. Al comenzar a explicarle el motivo de nuestra visita nos respondió que él era un hombre "bueno" a lo cual tratamos de explicarle que no se trata de ser solamente bueno, sino que todos necesitamos del perdón de Dios. Aún así, el hombre insistía en sentirse bien, pues a pesar de nunca haber aceptado a Cristo, ni congregarse en ninguna iglesia pensaba que el ser un buen hombre lo era todo. Tristemente ese día no pudimos convencerlo de su necesidad del Cristo, de todas formas, sé que la palabra que compartimos con él aquel día quedó en su corazón perpetuamente y espero que al día de hoy, cinco años después, haya rendido fruto.


     Ese suceso me hizo pensar cuántas personas viven del modo que éste hombre vivía. Cuántos viven engañados por sí mismos, creyendo que por ser personas de bien en la sociedad es suficiente. Es lamentable, porque viven genuinamente equivocados, el enemigo ha puesto en sus ojos unas vendas que les impiden ver más allá. Dios está deseoso de darles la salvación, llenarlos de sus bendiciones y guiarlos en su perfecto plan para ellos, pero esto no es posible, porque ellos se niegan a reconocer su necesidad del perdón y la misericordia de Dios. Cristo murió para libertarlos de las cadenas que los atan, pero ellos prefieren ignorar eso. Calman sus conciencias pensando en que sus buenas obras son más que suficientes (Efesios 2:8-9). En el fondo muchas de estas personas desean agradar a Dios, pero a su manera.

     Dice la Biblia que por medio de la fe que somos salvos y hechos hijos de Dios y que sin ella es imposible agradarlo. Dios espera más de nosotros, Él no pretende que seamos perfectos, sino que reconozcamos que necesitamos de su intervención en nuestras vidas, de los demás Él se encargará. Poco a poco Él nos revelará qué áreas de nuestra vida necesitan ajustes y moldeará nuestro carácter; eventualmente seremos más que buenos porque seremos hechos a la imagen de Cristo, pero esto no ocurrirá hasta que reconozcan a Cristo como su salvador.

Por: Ormari Troche

viernes, 9 de marzo de 2012

Utilidad de la Biblia


Base Biblica: 2 Timoteo 3:16-17

Introducción

     Pablo le expresa a Timoteo una verdad que nosotros sabemos: toda la Biblia ha sido inspirada por Dios.  Esto también nos los confirma Pedro en 2 Pedro 1:19-21La Biblia fue escrita en un periodo de 1,500 años por diferentes hombres, por lo que, si no fuese inspirada por Dios, la Biblia no tendría coherencia alguna.  Dios nos dejó estos libros como “Nuestro Manual de Vida”.  En este libro vemos todo lo que necesitamos para estar en el maratón de la vida.  Pablo le dice a Timoteo 4 propósitos que tiene la Biblia en nuestras vidas: enseñar, redargüir, corregir e instruir. 



La Biblia nos enseña

     Enseñar significa: “Dar advertencia, ejemplo o escarmiento que sirva de experiencia y guía para obrar en lo sucesivo”.  La Biblia nos da muchos ejemplos de cómo vivir una vida integra en Dios y como Él se glorifica en el ser humano.  David, Daniel, Abraham, Jacob, son algunos ejemplos de los tantos que hay en la biblia.  La enseñanza más importante que nos presenta es la vida de Jesús.  Él fue integro, fue tentado mas no pecó, tenía una relación saludable con Dios, etc.  Tanto así que Pablo escribió en 1 Corintios 11:1: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.”  Por su Palabra sabemos cómo debe ser un cristiano.

La Biblia nos redarguye

     Redargüir significa: “Impugnar algo por tener alguna falta.”  Eso quiere decir, que su Palabra nos revela que hemos fallado en algo contra Dios.  Un ejemplo muy claro lo vemos en 2 Samuel 12.  David se había acostado con Betsabé y esta había quedado embarazada.  Para ocultar esto, David intento que Urías se acostara con ella, pero al este no acceder a la propuesta que David le había hecho, David ordeno que lo mandaran al frente de batalla para que muriera.  Luego de esto Betsabé fue llevada al palacio de David.  Luego vemos que Natán va con unas palabras.  Estas palabras eran para mostrarle a David que había cometido una falta ante los ojos de Dios.  Hoy día, Dios utiliza su Palabra y al Espíritu Santo para revelarnos que hemos fallado a Dios y que debemos cambiar de nuestra vida.

La Biblia nos corrige

     Corregir significa: “Enmendar lo errado.” Su Palabra transforma nuestra vida, por lo que los errores que el mundo nos dejó, Dios lo enmendara.  Los mejores ejemplos los podemos ver en los discípulos de Dios.  Entre ellos había pescadores, un ladrón, un celote, un publicano, entre otros.  Eran hombres comunes que nunca imaginaron que sus vidas iban a ser transformada al conocer a Jesús y sus enseñanzas.  Vemos que cada uno de ellos fue corregido y luego siguieron impartiendo la palabra de Dios a los demás.  Entre ellos quiero resaltar a Pedro.  Pedro era un hombre impulsivo.  Luego, en Hechos 3 vemos como Pedro pasó a ser un hombre que no dejaba llevar por sus impulsos, sino por lo que Dios quería que ocurriera en ese momento.  Así mismo es la Palabra de Dios en nuestra vida, nos corrige para que hagamos Su voluntad. 

La Biblia nos instruye

     Instruir significa: “Comunicar sistemáticamente ideas, conocimientos o doctrinas.”  Como sabes, la Palabra fue inspirada por Dios, por lo que tenemos en la Biblia la verdadera doctrina.  Toda la enseñanza que se nos dé, debe ser filtrada por Su palabra.  Todo lo que Dios quiere que nosotros conozcamos de Él, sobre lo que ocurrirá y lo que quiere con nosotros, lo podemos ver en la Biblia.  Su palabra dice en Proverbios 22:6: “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”  Si se instruye a una persona por el camino que es el correcto, esa persona seguirá ese camino.  Se podrá desviar una que otra vez, pero al fin y al cabo, con la ayuda del Espíritu Santo, volverá al camino correcto.  “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6)

Conclusión

     A lo último del pasaje leído al principio dice que el fin de la Palabra de Dios es que el hombre sea perfecto y esté preparado para la buena obra.  Claro está, no alcanzaremos la perfección aquí en la Tierra.  Pero como dijo Pablo, en Filipenses 4:12: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.”  Intentamos cada día perfeccionarnos más, pero eso solo lo lograremos teniendo una comunicación sana con Dios, es decir, una vida llena de oración y estudio de la Palabra.

Por: Alexander Cruz

viernes, 2 de marzo de 2012

De Saulo a Pablo

Base Bíblica: Hechos 9:1-22

Introducción
Todos nosotros recordamos de donde Jesús nos sacó. Aun con nuestras fallas, el estar lejos del camino que Él tenía para cada uno de nosotros, Él tuvo la gentileza de enviar a su único Hijo a morir por nosotros (Juan 3:16). Debemos recordar que una vez le aceptamos ocurren 3 cambios fundamentales en nuestra vida: dejamos atrás una vida de pecado, eres nueva criatura y comienzas una nueva vida como hijo de Dios. Para entender mejor estos conceptos estudiemos la vida de Saulo, que luego fue llamado Pablo.



Antes de la conversión
     Saulo fue responsable de la muerte de muchos cristianos cuando la iglesia comenzó a formarse. Entre estos cristianos encontramos a Esteban (Hechos 8:1-3). Este hombre, lo más seguro, inspiraba terror en las personas.

Durante su conversión
     Saulo cae al suelo y Dios le habla (Hechos 9:4-6). Luego de la conversación Saulo queda ciego hasta que Ananías le oro y quedo sano (Hechos 9:17-18). Yo me imagino todo lo que este hombre pensó en el proceso. Me lo imagina pensando: “Dios, ¿Por qué estoy pasando esto?” o “¿Por qué has permitido hacerle tanto daño a Tu iglesia?”. Entiendo que el haber quedado ciego fue un tiempo donde reflexionó sobre su vida y todo el daño que había hecho. Fue un momento en el que Dios estaba trabajando con su corazón para que él llevara las buenas nuevas.
     Cuando Dios habló con Ananías, vemos como este hombre le reclamó a Dios todo lo que Saulo estaba haciendo contra la iglesia (Hechos 9:13-14). Pero Dios le dice: “Ve, porque instrumento escogido me es éste…” A pesar de todas las cosas que había hecho contra la iglesia, Dios ya lo había escogido como instrumento para Su obra.

Luego de la conversión
     Empezó a predicar en Damasco, pero nadie creía que había ocurrido un cambio en él. Luego los judíos buscaron la forma de matarle, pero él logró escapar y llegó a Jerusalén donde tampoco creyeron en su conversión al cristianismo. Luego de que Bernabé lo llevara a los apóstoles, el pueblo (la iglesia) tuvo paz. Luego este fue apartado de la congregación para la obra de Dios (Hechos 13:1-3). En este primer viaje es donde se registra el cambio de nombre, de Saulo (el venerable- digno de respeto) a Pablo (el menor). Luego continuó con el ministerio cumpliendo con el propósito que Dios tenía para él, escribiendo las cartas a las diferentes iglesias y creciendo cada día más.

Conclusión
     Pablo, como pudimos ver, era una persona que había cometido muchos pecados, que le había ocasionado muchos dolores de cabeza a la iglesia. Una vez él reconoce a Jesús como su Salvador, vemos como su vida fue transformándose, y que, a pesar de las circunstancias que tuvo, sigue adelante con los planes que Dios tenia para con él. Así mismo debemos hacer nosotros. Dios nos rescató de las tinieblas y nos trajo a su luz. Puede que nuestra vida pasado aun nos persiga, pero algo podemos hacer con la vieja criatura: “Si alguno quiere seguir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23). Así como Pablo tuvo una transformación total, nosotros también somos transformados ya que somos “… instrumento escogido…” por Dios para proclamar el evangelio de Dios.

Por: Alexander Cruz