viernes, 26 de agosto de 2011

Efesios 6:1-3

“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.  Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida en la tierra.”
  • Obedecer: Cumplir la voluntad de quien manda. 
  • Justo: Que vive según la ley de Dios. 
  • Honrar: Cumplir la voluntad de quien manda; Dar honor o celebridad.
      El mandado que da Pablo a la iglesia de Efesos y a nosotros en estos versículos es claro: obedecer a nuestros padres.  No dice que honremos a uno si y a otro no; nos dice que es a nuestro padre y nuestra madre.  Si no tenemos un padre y/o madre terrenal ten por seguro que tienes un Padre celestial el cual debes honrar.  ¿Por qué el versículo dice que esto es justo?  Primero que esto es vivir según la ley de Dios y tambien debemos respetar a nuestras autoridades aquí en la tierra (Romanos 13:1).  Nuestros padres son la autoridad en nuestra casa, por lo que debemos someternos y respetar su posición en el hogar.  Ya ellos han pasado por las experiencias que estamos pasando ahora.  Tal vez varíe por que estamos en una época diferente, pero básicamente vivieron lo que estamos viviendo.  El mejor consejo puede venir de ellos, aunque siempre lo estamos buscando en nuestros pares.
 
     Honrar a nuestros padres, cumplir su voluntad, darle el honor que ellos se merecen.  Es algo un poco difícil ya que el “yo” a veces no nos deja.  Pensamos que ellos no saben lo que hacen, que ya están viejos y que no nos entienden.  Pero ellos, por ser viejos, son sabios y conocen las cosas que nos están pasando.  Por ser jóvenes nos creemos que lo sabemos todos y que nos falta para morir, pero el que no escucha consejo no llega a viejo.  Por lo tanto, si honramos a nuestros padres, si cumplimos su voluntad, podremos llegar a viejos, tal y como ellos lo lograron.  Cuando lleguemos a la edad de ellos y tengamos a nuestros hijos entenderemos porque ellos no nos permitían ir a algunos lugares o nos decían que nos alejáramos de alguna amistad.  En fin, esa promesa que Dios nos hizo en Éxodo 20:12 se verá cumplida siempre y cuando cumplamos con el mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre.


Por: Alexander Cruz

viernes, 19 de agosto de 2011

Lucas 10:2

“Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.”

  • Mies: Cereal de cuya semilla se hace el pan; Muchedumbre de gentes convertidas a la fe cristiana, o prontas a su conversión. 
  • Obrero: Que trabaja. 
    • Trabajar: Solicitar, procurar e intentar alguna cosa con eficacia, actividad y cuidado.
     La mies representa las almas aun sin aceptar a Dios como salvador.  Los pocos obreros que hay somos los cristianos.  Ahora bien, hay muchas almas que están sin luz, que están las en la oscuridad.  La mies tiene que cumplir su propósito en el mundo en que vivimos.  Para que la misma cumpla su propósito, los obreros debemos traerlos al jefe (Dios) para que ellos hagan su propósito.  ¿Qué propósito? El de recoger mies, traer las almas a Dios.  Ellos son los obreros por los que tenemos que rogar.  Para que las almas lleguen al Señor, hay que trabajar.  Si no hacemos sacrificios en nuestras vidas, no podremos ver la gloria de Dios.  

     En Lucas 9:22 dice: “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”  Para que la obra sea completada, debemos sujetarnos a Dios para que la obra sea como Él quiere que sea.  Él nos dice como hacer la obra, nosotros debemos sacrificar nuestra voluntad, nuestros deseos, para así poder hacer la obra que Dios quiere que hagamos.  Dios nos dio una orden directa en Lucas 10:2 “…por tanto rogad al Señor de la mies…”.  Debemos pedirle a nuestro jefe lo que necesitamos.  Si hay muchas semillas, la misma se puede echar a perder por sobremadurarse si se le puede decir así.  Cuando lleguen esos obreros, no debemos dejar de rogándole a Dios por los obreros.  Mientras más obreros hayan, mas mies se produce, por lo que se necesitan más manos para la obra. 


Por: Alexander Cruz

viernes, 12 de agosto de 2011

Efesios 5:14

"Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo."


  • Despertar: Cortar, interrumpir el sueño al que está durmiendo.
    • Dormir: Estar en aquel reposo que consiste en la inacción o suspensión de los sentidos y de todo movimiento voluntario; Descuidarse, obrar en un negocio con menos solicitud de la que se requiere.
  •  Levantar: Separar una cosa de otra sobre la cual descansa o a la que está adherida; Poner derecha o en posición vertical la persona o cosa que esté inclinada, tendida, etc.
  • Muerto: Que está sin vida.
    • Muerte: Separación del alma y del cuerpo.
    • Vida: Unión del alma y del cuerpo.
  • Alumbrar: Disipar la oscuridad y el error; convertirlos en conocimiento y acierto; Acompañar con luz a otro; Adoctrinar, instruir.
     Aquí vemos como Pablo exhorta a la iglesia de Efesos a que salga del sueño en el que están. Que sean activos en lo que hacen y no se descuiden en su caminar. Dios nos exhorta lo mismo, que estemos despierto y “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:16). Debemos interrumpir ese sueño en el que estamos. Debemos activar nuestros sentidos, debemos movernos hacia la voluntad de Dios. Debemos levantarnos de donde estamos y comenzar a caminar. Eso si hay que velar que nuestro pie no resbale para poder mantener una relación con Dios y no haya una muerte espiritual (separación entre el hombre y Dios). 


     Ahora bien, si estamos en un lugar donde todos están muertos espiritualmente, nos podremos contagiar con ese mismo “espíritu” y nos morimos espiritualmente. Ahora, si seguimos el mandato de Pablo a la iglesia de Efesos, de despertar y levantarnos, Dios nos alumbrará. Él disipará la oscuridad y podemos ver en qué momento fallamos. Una vez nos arrepintamos, Él nos acompañará con Su luz a donde vallamos, para así nosotros, con nuestro ejemplo y el mensaje de Dios, poder hacer conciencia en los demás para que ellos también se den cuenta en donde están y den el paso de dejar que Dios sea el que los alumbre. Una vez Él nos haya alumbrado, con Su palabra, la Biblia, podemos aprender y Él nos instruye, nos enseña acerca de quien Él es y de que debemos hacer y no debemos hacer.


Por: Alexander Cruz

viernes, 5 de agosto de 2011

1 Tesalonicenses 4:7

“Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.”


 
  • Inmundicia: impureza, deshonestidad; suciedad, basura.
  • Santificación: acción y efecto de santificar o santificarse. 
    • Santificar: Dedicar a Dios una cosa.
      Dios no quiere que su creación sea impura, o sea, que este sucia. Él quiere que su creación sea dedicada a Él, santa, separada para Él y solamente para Él. Dios es celoso con su creación, por eso quiere que sea solo para Él. Dios no es avaro, pero es que si algo te pertenece, estoy seguro que quieres conservarlo lo más posible.

      Pero es decisión de nosotros el hecho de si queremos ser santos o nos. El hecho de dedicarnos a Él y solo a Él, nos toca a nosotros de tomar la decisión. Ya Jesús murió por nosotros en la cruz por amor a su creación. Él dio el paso más grande. Ahora es decisión de nosotros si abrirle nuestro corazón y dar el paso de tarlo. “El que tenga oídos para oír, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias…” Apocalipsis 2:7.



Por: Alexander Cruz