viernes, 28 de octubre de 2011

Mateo 7:8

"Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama se le abrirá"


  • Pedir: Rogar o demandar a uno que dé o haga una cosa, de gracia o de justicia. 
  • Recibir: Tomar uno lo que le dan o le envían. 
  • Buscar: Hacer algo para hallar a alguna persona o cosa. 
  • Hallar: Dar con una persona o cosa que se busca. 
  • Llamar: Dar voces a uno o hacer ademanes para que venga o para advertirle alguna cosa. 
  • Abrir: Descubrir o hacer patente lo que está cerrado u oculto 


     Estas son palabras de Jesús en el Sermón del monte.  Nosotros debemos hacer una acción para que otra ocurra.  Esto es como la causa y efecto.  Nosotros debemos hacer nuestra parte para poder ver la parte que Dios hará en nosotros sobre lo que pedimos en la oración.  Todo aquel que pide, recibe; esto se dará siempre y cuando este bajo la voluntad de Dios.  Si lo que pedimos es parte del plan que Dios tiene para nosotros, Dios no los concederá sin problema, pero en Su tiempo, no en el nuestro.  A veces nos desesperamos cuando esperamos lo que le pedimos a Dios, pero debemos esperar pacientemente a Dios, ya que la paciencia es parte del Fruto del Espíritu. 


     El que busca halla.  Para poder hallar algo que se nos haya perdido, primero debemos buscar.  Un buen ejemplo de esto es la parábola de la moneda perdida que se encuentra en Lucas 15: 8-10.  En esta parábola vemos que una mujer pierde un dracma de los 10 que tenia.  Al percatarse de esto, ella enciende la lámpara y barre la casa y busca hasta que la encuentra.  Asi mismo debemos ser nosotros, cuando se nos pierda algún don o alguna otra cosa, encendamos la lámpara y busquemos con diligencia debajo del polvo.  Al que llama se le abrirá.  Cuando alguien llama a la puerta salimos rápido a ver quien llama y para que llama.  Asi mismo es Dios, cuando le buscamos en oración, el va y sale corriendo a recibir nuestra alabanza y nuestras peticiones.  Él esta siempre dispuesto a abrir la puerta, pero Él esta en la espera de que decidas tocarla.


Por: Alexander Cruz

viernes, 21 de octubre de 2011

Yo Común, Él extraordinario

      Ciertamente no todo hace sentido. En nuestro recorrido por la vida nos enfrentamos a diferentes etapas, de las cuales muchas de ellas nos hacen estremecer y hasta llegar a preguntarnos dónde está Dios cuando experimentamos ese profundo dolor. No nos hace sentido que el Dios amoroso que nos presentan nos permita pasar por situaciones tan difíciles; pero la realidad es que nuestro sufrimiento no es ajeno a Dios, todo lo que Él permite en nuestras vidas tiene un propósito; Él está presente e interesado en nuestras vidas, aunque parezca que no nos oye o que nos ha abandonado.
     
     Muchas veces tomamos las pruebas como castigos y escapa de nuestra vista la bendición detrás de cada una de ellas. Cada trago amargo es una oportunidad de crecer, cada situación es una oportunidad para ver la mano de Dios actuando de manera poderosa. Cuando atravesamos el valle de sombra de muerte es el momento perfecto para aferrarse a las omnipotentes manos del creador del universo y descubrir la maravillosa experiencia de depender absolutamente de Él y prepararse para ver un milagro. Cada una de nuestras lágrimas no le han sido ajenas a Dios.  De hecho, Él siempre ha estado a nuestro lado esperando a que le demos la oportunidad de intervenir en nuestra vida, porque Él desea darnos lo mejor.

      Yo no pretendo pensar que jamás sentiremos dolor, soledad, ni mucho menos creer que no pasaremos por pruebas, pero sí podemos estar seguros que no estaremos solos si decidimos dejarle intervenir en nuestro andar. El valle de sombra de muerte más adelante se convertirá en un recuerdo de la fidelidad de Dios a través de nuestro caminar. Dice la Biblia que en el mundo tendremos aflicción, pero que debemos de confiar porque Él (Dios) ha vencido al mundo y cuando dice “al mundo” se está refiriendo a todo lo que nos agobia, ya sea enfermedad, soledad, depresión y hasta aun la muerte misma… Él ha vencido al mundo junto con todas esas cosas que nos roban la paz; no tenemos porque vivir en derrota. Lo único que necesitamos es confiar en que Dios tiene todo bajo control. Dice la Biblia que Dios tiene planes de bien y no de mal para nuestra vida; para darnos un futuro y una esperanza.

      El tiempo en que Dios actúa es perfecto, aun cuando parezca estar terriblemente atrasado, Él siempre llega justo a tiempo. Dice la Biblia que Él no nos da una carga más allá de la que podemos soportar… finalmente saldrá el Sol. La vida es un puntito en la eternidad y los afanes de ésta cesaran y podremos ver la recompensa de haber confiado y entregado nuestra vida en las manos de Dios… Yo lo hice hace 13 años y no me arrepiento, he pasado por momentos en donde mi fe flaquea, en donde los médicos me dicen una cosa, pero he visto como Dios ha dicho otra,  burlando el conocimiento humano. He visto cómo Dios me ha levantado y sustentado con su amor, he aprendido a depender de Él para todo, porque él ha sido bueno conmigo y su misericordia me ha alcanzado. Tengo una vida común, con la diferencia de que dependo de un Dios extraordinario… ¿Le gustaría a usted depender de El también? Dele una oportunidad, le aseguro que no se arrepentirá.

Por: Ormari Troche

viernes, 14 de octubre de 2011

Salmos 51:17

“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;  Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.”

 
  • Sacrificios: Ofrenda a una deidad en señal de homenaje o expiación. 
  • Quebrantar: Disminuir las fuerzas o el brío; suavizar o templar el exceso de una cosa. 
  • Contrito: Que siente contrición.
    • Contrición: Arrepentimiento de una culpa cometida. 
  • Humillado: Postrar, bajar, inclinar alguna cosa; Arrodillarse o hacer adoración.

     En 1 Samuel 12:22 dice: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.”  Otra manera de decir esto es que no importa cuánto nos sacrificamos por hacer lo que Dios dijo, eso no es lo que cuenta.  La obediencia es una manera de tener un corazón humillado.  Es decir que se haga lo que dices Dios y dejo lo que quiero a un lado.  Al hacer esto estamos siendo del agradado de Dios. 

     Un corazón que es contrito se da cuenta de cuando comete un error y hace lo posible por remendarlo.  Si le fallamos a Dios, el Espíritu Santo nos dará una “señal” a nuestro corazón para que el mismo se arrepienta de la falta cometida.  El hacer sacrificios no nos hará salvos.  Con un corazón que sabe humillarse delante del Señor nos hará salvos.  Que mejor ejemplo que David.  Un joven que cuando pecaba él se humillaba con todo su corazón.  Aun con sus fallas, él era conforme al corazón de Dios.  Sigamos su ejemplo, humillarnos de todo corazón delante de Dios para que seamos perdonados y nuestra alabanza sea de agrado a Dios.


Por: Alexander Cruz

viernes, 7 de octubre de 2011

Eclesiastés 11:9-10

"Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto. Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo."


  • Juventud: Edad que empieza en la pubertad y se extiende a los comienzos de la edad adulta. 
  • Disfrutar: Percibir o gozar los productos y utilidades de una cosa. 
  • Impulsos: Deseo o motivo afectivo que induce a hacer algo de manera súbita, sin reflexionar. 
  • Estimulo: Incitamiento para obrar o funcionar.
    • Incitar: Mover o estimular a uno para que ejecute una cosa. 
  • Juzgar: Deliberar, quien tiene autoridad para ello, acerca de la culpabilidad de alguno, o de la razón que le asiste en un asunto, y sentenciar lo procedente. 
  • Alejar: Distanciar, llevar una cosa o a una persona lejos o más lejos. 
  • Absurdo: Contrario y opuesto a la razón; que no tiene sentido.

     Disfruta de tu juventud, pero recuerda: “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” (1 Corintios 10:23).  Debemos tener en cuenta cuáles son nuestras acciones y decisiones que tomamos.  Una cosa debemos tener en cuenta: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1Timoteo 4:12).  Los jóvenes deben dar ejemplo a las personas de que la juventud no está perdida.  Que deben reflejar a Cristo en sus vidas. 

     Debemos alejar nuestro corazón del enojo y otras cosas que puedan afectar el mismo.  “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23).  Si no guardamos nuestro corazón, nadie lo hará por nosotros.  Ese es el que nos mantiene vivo y nos dice en que condición estamos.  Por eso es necesario que lo guardemos de las cosas que puedan dañarlo, porque toda nuestra vida se verá afectada por eso. 


Por: Alexander Cruz