viernes, 23 de diciembre de 2011

Fe

Versículo clave: (Hebreos 11:1) Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.



     Cuando viene a nuestra mente la palabra fe probablemente pensamos que se trata simplemente de confiar, pero verdaderamente no experimentamos lo que es la verdadera fe hasta que llegamos a un punto en nuestras vidas en donde no tenemos absolutamente nada en que apoyarnos, sino en la certeza de que Dios está en control y de que al final todo obrará para bien. A nuestra vida, llegaran situaciones que nos agobiaran, pero sólo Cristo es y será el único capaz de darnos la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7) y de llenarnos de la fe necesaria para creer que Sus propósitos son perfectos, aún cuando no sepamos con certeza hacia donde nos está dirigiendo Dios.

     Con frecuencia, los seres humanos tratamos de mantener todos nuestros asuntos bajo control y ponemos nuestra confianza en nuestras capacidades o talentos. Confiamos en nuestra estabilidad económica o quizás en esa persona que entendemos que es capaz de proporcionarnos la ayuda necesaria en el momento adecuado; pero qué sucede entonces cuando nos vemos totalmente incapaces de encontrar la seguridad que tanto anhela nuestro corazón por medios de estas cosas. Es en ese momento de desesperación cuando nuestra mente no haya una solución a nuestro problema y reconocemos la necesidad de correr al Señor en busca de su oportuna intervención; algo en lo más profundo de nuestro corazón reconoce Su omnipotencia.

     Los cristianos hemos creído en Jesucristo por fe y nuestro andar en uno basado en la fe, es por eso que nuestra confianza siempre debe de estar depositada en aquel que puede cambiar las circunstancias que nos afligen. No importa cuán grande o pequeña sea nuestra necesidad, Él es capaz de suplirla. Dios es el único puede dar un giro a nuestras vidas en medio de una fuerte tormenta; el único requisito es confiar. Dice la Biblia que sin fe es imposible agradar a Dios, también en Jeremías 17:1 dice: "Maldito el varón que confía en el hombre..." Muchas veces depositamos nuestra confianza en otros seres humanos y nos olvidamos de Aquel que ha prometido en su palabra jamás abandonarnos (Mateo 28:20). Más adelante en el capítulo 17 en el verso 7 dice: "Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová"

     Al final de la tormenta obtendremos la recompensa de haber confiado en Aquel que tiene pensamientos de bien para nuestras vidas. Descubriremos la bendición de haber confiado en Dios y sabremos que estamos más cerca de Él. En la medida que creamos que Dios puede intervenir en nuestra situación experimentaremos el amor de Dios como suplidor, protector, sanador y libertador... Veremos la magnitud de Su poder.

Por: Ormari Troche

2 comentarios:

  1. Reciban muchas bendiciones desde El Salvador Centroamerica, les invito a mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
    COMPARTO MI TESTIMONIO DE SANIDAD PARA LA GLORIA DE DIOS.

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  2. Saludos cordiales desde Puerto Rico. Con mucho gusto visitaremos su blog, gracias por compartirlo con nosotros. Que el Señor le bendiga grandemente.

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