"De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno."
- Pecado: Cualquier cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido.
- Perdonar: Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa el perjudicado por ello.
- Blasfemia: Palabra injuriosa contra Dios.
- Injuria: Agravio, ultraje de obra o de palabra.
- Reo: Acusado, culpado.
Anterior a que Jesús dijera estas palabras, el había liberado a una persona de un demonio. Esta persona, como podemos ver en Mateo 12:22 era ciego, mudo y estaba endemoniado. Los fariseos dijeron que Jesús lo había liberado en el nombre de Belcebú [Satanás], quien era el príncipe de los demonios. Jesús le contesto que todo pecado es perdonado, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no tendría perdón. Pero, ¿por qué este es el único pecado que no tiene perdón?
En Juan 16:7-9 nos dice: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí…” O sea, al blasfemar contra el Espíritu Santo [el Consolador], estamos poniendo un muro el cual no permitirá que Él tenga contacto con nosotros. Al no tener ese contacto no nos podrá revelar que hemos pecado, por lo cual no podemos alcanzar el perdón por este pecado. Por lo tanto estaremos atado hasta que muramos; seremos “…reo de juicio eterno.”
Por: Alexander Cruz
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