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viernes, 20 de enero de 2012

Lo que debemos hacer


“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” (2 Crónicas 7:14)



     Aquí vemos cómo Dios le da una exhortación a Su pueblo con unos pasos a seguir para que El contestara su petición. Esto también nos aplica a nosotros, ya que hoy día hay diferentes circunstancias que nos pueden alejar de Dios. Entre ellas está que hemos sacado a Dios del gobierno, de las escuelas, e incluso, algunas “iglesias”. Lo primero que debemos hacer es humillarnos. La humillación significa: “Postrar, inclinar una parte del cuerpo en señal de sumisión”. En el Salmos 138:6 dice: “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos”. Para poder llegar hasta donde esta Él debemos estar humillados para que nuestra petición llegue a Su presencia.

     Debemos estar sumisos a Él para que el siguiente paso funcione. En la oración debemos ir humildes, sin ningún tipo de soberbia. Ya Dios conoce nuestro corazón, por lo que es imposible impresionarlo con palabrerías o algo que hagamos. Un ejemplo que Jesús nos trajo en parábola del publicano y el fariseo que se encuentra en Lucas 18:9-14. El fariseo fue ante Dios diciendo que hacia y no hacia, mientras que el publicano fue humillado y confesaba que Él estaba mal. Estoy seguro que la oración escuchada fue la del publicano, que no fue con palabrerías ni cosa parecida.

     Lo tercero que debemos hacer es buscar su rostro. Este paso es fundamental y debemos hacerlo a diario. En Salmos 27:8 nos dice: “Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová”. El salmista reconoció que debía buscar el rostro de Dios. Nuestro corazón anhela buscarle para que Él nos escuche. Muchas veces sentimos que debemos buscar mas de Él, pero tomamos la decisión de no seguir a nuestro corazón y optamos por otro camino, el de alejarnos. Si nos hemos alejado de Él, aun podemos buscarlo. Isaías 55:6 nos dice: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.” Ya estamos en los últimos tiempos y llegara el momento en el que no se le podrá encontrar mas, así que asegurémonos de irnos con Él cuando el busque a su Iglesia. 

     Por último, nos debemos convertirnos de nuestros malos caminos. En Proverbios 14:12 nos dice: “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte”. Muchas veces por seguir los que nos parece mejor, tomamos el camino equivocado. Muchas veces nos desviamos, pero si nos dejamos guiar por Dios podemos mantenernos más tiempo en el camino que Él tiene para nosotros, versus el que nosotros queremos. La recompensa al final de el camino que Dios tiene para nosotros es mucha mejor que la del camino que nosotros queremos tomar. 

     Al seguir estos pasos, tendremos una recompensa, mayor: Él nos perdonara, y sanara nuestra tierra. Estos pasos deben ser aplicados de manera individual como grupal. Sea en tu iglesia, con los jóvenes, los niños, adultos, grupos cristianos en las universidades, entre otros, debemos seguir estos pasos para poder alcanzar lo que Él tiene para nosotros. Continuemos con Dios, para poder seguir adelante y todas nuestras metas, si están en Su voluntad, las alcanzaremos.


Por: Alexander Cruz

viernes, 9 de diciembre de 2011

Isaías 45:18


"Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.



     Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros.  Así como creó la tierra con el propósito de ser habitada, así mismo nos creó con un propósito.  Ese propósito puede que sea el de ser pastor, evangelista, en el área de servicio de nuestra iglesia, en aconsejar, entre otros.  En Romanos 12:4-5 dice: “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”.  Así como cada miembro de nuestro cuerpo tiene su función particular y trabaja en equipo con los otros miembros del cuerpo, así debemos hacer nosotros como creyentes.   Cada cual debe cumplir el propósito que Dios ha puesto en sus manos, pero no sin antes olvidar que debemos colaborar con nuestros hermanos en la fe, para que ellos puedan cumplir su propósito y todos podamos crecer espiritualmente.  No es una tarea fácil, pero tampoco es imposible. 

     Algo debemos reconocer, que Él es Dios y que no hay otro en la faz de la Tierra. Él creó la tierra, a nosotros, y todo lo que habita en la tierra. Él conoce nuestros corazones, nuestras vidas y, en especial, nuestro propósito. En Éxodos 3:14 nos dice: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY…” No hay otro en la tierra que pueda decir: YO SOY, sino solo Dios. A veces como ser humanos creemos que por nuestras propias fuerzas podemos vivir nuestra vida, pero sin la ayuda del manufacturero de la vida (Dios) no alcanzaremos las victorias de nuestras vidas. Por eso Dios nos dejó el manual de la vida: La Biblia. La misma debe ser estudiada, porque si no de nada vale tenerla en nuestro automóvil, en nuestro cuarto, o donde quiera que este, y dejarla cerrada y no ver las maravillas que Dios tiene para nosotros en la misma. Cada uno de esos 66 libros tiene un mensaje para nosotros y, lo mejor de todo, cada vez que la lees te da un mensaje diferente. En conclusión: todos tenemos un gran propósito en nuestra vida que debe ser guiada por Dios, ya que no hay otro como Él. Para poder dejarnos llevar por Él debemos leer Su Palabra para poder conocer a Dios y cuál es el propósito de nosotros.


Por: Alexander Cruz