- Despertar: Cortar, interrumpir el sueño al que está durmiendo.
- Dormir: Estar en aquel reposo que consiste en la inacción o suspensión de los sentidos y de todo movimiento voluntario; Descuidarse, obrar en un negocio con menos solicitud de la que se requiere.
- Levantar: Separar una cosa de otra sobre la cual descansa o a la que está adherida; Poner derecha o en posición vertical la persona o cosa que esté inclinada, tendida, etc.
- Muerto: Que está sin vida.
- Muerte: Separación del alma y del cuerpo.
- Vida: Unión del alma y del cuerpo.
- Alumbrar: Disipar la oscuridad y el error; convertirlos en conocimiento y acierto; Acompañar con luz a otro; Adoctrinar, instruir.
Aquí vemos como Pablo exhorta a la iglesia de Efesos a que salga del sueño en el que están. Que sean activos en lo que hacen y no se descuiden en su caminar. Dios nos exhorta lo mismo, que estemos despierto y “aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:16). Debemos interrumpir ese sueño en el que estamos. Debemos activar nuestros sentidos, debemos movernos hacia la voluntad de Dios. Debemos levantarnos de donde estamos y comenzar a caminar. Eso si hay que velar que nuestro pie no resbale para poder mantener una relación con Dios y no haya una muerte espiritual (separación entre el hombre y Dios).
Ahora bien, si estamos en un lugar donde todos están muertos espiritualmente, nos podremos contagiar con ese mismo “espíritu” y nos morimos espiritualmente. Ahora, si seguimos el mandato de Pablo a la iglesia de Efesos, de despertar y levantarnos, Dios nos alumbrará. Él disipará la oscuridad y podemos ver en qué momento fallamos. Una vez nos arrepintamos, Él nos acompañará con Su luz a donde vallamos, para así nosotros, con nuestro ejemplo y el mensaje de Dios, poder hacer conciencia en los demás para que ellos también se den cuenta en donde están y den el paso de dejar que Dios sea el que los alumbre. Una vez Él nos haya alumbrado, con Su palabra, la Biblia, podemos aprender y Él nos instruye, nos enseña acerca de quien Él es y de que debemos hacer y no debemos hacer.
Ahora bien, si estamos en un lugar donde todos están muertos espiritualmente, nos podremos contagiar con ese mismo “espíritu” y nos morimos espiritualmente. Ahora, si seguimos el mandato de Pablo a la iglesia de Efesos, de despertar y levantarnos, Dios nos alumbrará. Él disipará la oscuridad y podemos ver en qué momento fallamos. Una vez nos arrepintamos, Él nos acompañará con Su luz a donde vallamos, para así nosotros, con nuestro ejemplo y el mensaje de Dios, poder hacer conciencia en los demás para que ellos también se den cuenta en donde están y den el paso de dejar que Dios sea el que los alumbre. Una vez Él nos haya alumbrado, con Su palabra, la Biblia, podemos aprender y Él nos instruye, nos enseña acerca de quien Él es y de que debemos hacer y no debemos hacer.
Por: Alexander Cruz